He estado en Barcelona durante siete semanas, y me siento cómodo en la ciudad, sin embargo, todo fue completamente diferente cuando llegué. Cuando llegué por primera vez en Barcelona, yo no sabía qué esperar. Mi mente estaba llena de preguntas y preocupaciones. No me sentía preparada, puesto que no había hecho mucha lectura sobre la ciudad y no había practicado mi español para casi un año. Yo era un manojo de nervios y no sabía cómo iba a ser capaz de sobrevivir en una ciudad extranjera por cuatro meses. Va a estudiar en el extranjero en Barcelona estaba completamente fuera de mi zona de comodidad y una vez el momento llegó de salir de los EE. UU., no quería ir. En casa, en los EE. UU., no intentaré muchas cosas nuevas donde yo sabía que me sentiría incómoda. Sin embargo, una vez que llegué en Barcelona, me di cuenta de que tendría que cambiar la manera actúo para explorar y llegar a ser parte de la ciudad.
Tan pronto como llegué, mis límites fueron desafiados. Para la cena, todos estábamos reunirnos en frente del Café Zurich en Plaza Catalunya. Mi madre de aquí me había dicho como llegar en metro y entonces preguntar a alguien para las direcciones. El único problema para mí fue que no me gustaba preguntar a personas para direcciones, así que pensé que podría encontrar el lugar por mí mismo. En cuanto salía el metro, vi el gran edificio de El Corte Ingles sobre la cabeza. Me di vuelta y vi la Placa gigante todo iluminado con toneladas de tiendas y edificios y se llenaba de gente. Yo busqué el restaurante a unos 10 minutos sin suerte, y yo no quería admitir que a mí mismo, pero sabía que tendría que preguntar a alguien por direcciones. Pensaba que vi a un hombre dando otra direcciones, así que me acerqué a él, respiró hondo, y en el mejor acento español que pudo, le pregunté dónde estaba Bar Zurich. Desafortunadamente, no sólo él no entendía lo que le estaba pidiendo, no sabía de ningún Bar Zurich. Señalé al papel donde había escrito el nombre del restaurante, pero el hombre resultó ser ciego. Me sentía derrotado después de esa experiencia. Fui y estuve de pie fuera del Corte Ingles para tratar de relajarse. Luego, afortunadamente, un hombre vio que me parecía perdido y me preguntó si yo necesitaba ayuda. Una vez le dije a dónde iba, él me dio la dirección correcta.
La razón para esta historia es mostrar cómo, tan pronto como llegué a Barcelona, la ciudad me forzó a empujar a mí mismo, y ha continuado hacer así para la cantidad de tiempo que yo he estado aquí. Preguntar a alguien para direcciones no puede parecer difícil, pero es más difícil para unos que otros. Como dije antes, estando en Barcelona es mi oportunidad de cambiar, y todavía tengo mucho que hacer. En resumen, mi mensaje para todos viajando a otro país es no tener miedo a hacer cosas nuevas o pedir ayuda. Si seguís este consejo, seguiréis una experiencia que excede tus expectativas
Berga: Paisaje Pintoresco
14 years ago
estoy acuerdo con tus consejos. yo tambien creo que cuando estas "viajando a otro país es no tener miedo a hacer cosas nuevas o pedir ayuda." Tienes razon y es cierto que vas a disfrutar mas con esta mentalidad
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