Ahora he visto cuatro ciudades en Europa. He viajado a Paris, Viena, Atenas, y por supuesto, Barcelona. Después de visitar todas estas ciudades diferentes, me di cuenta de que cada uno evoca un sentimiento diferente. En Paris, puedo sentir la devoción a la tradición, especialmente el la arquitectura, y la ciudad parecía muy elegante y compleja. A mi, Viena parecía muy imperial con todos sus palacios, pero sentía muy tranquila también, y a veces, sentía pequeña. Atenas era completamente diferente de lo que había imaginado. Supe sobre la crisis económicas, pero todavía pensé que sería una ciudad más pulida porque es llena de historia y tuvo los juegos olímpicos. En Atenas había mucho graffiti y basura en todas partes y había muchos perros en los calles. Fue increíble ver todas las ruinas y edificios históricos; sin embargo, mientras yo estaba en Atenas, me sentía un poco incómoda. Fue obvio que la ciudad había sido afectada por la economía.
Por fin, hay Barcelona. He estado en Barcelona por mucho más tiempo que las otras ciudades, pero el sentimiento de Barcelona se ha quedado lo mismo. Para mi, la vida en Barcelona es más relajada que las otras ciudades. La gente no tiene prisa y le gusta disfrutar su ciudad. Como una ciudad, Barcelona es diferente también porque es como tres lugares diferentes en una ciudad. Muchas ciudades tienes las mismas cosas en todas partes, pero en Barcelona, hay el arquitecto gótico y las calles estrechas y sinuosas de la ciudad vieja. En el Eixample, hay las calles y edificios rectos mezclados con algunos de los edificios del modernismo, y finalmente, hay la playa. Todos estos lugares ofrecen algo diferente, pero se unen para formar una ciudad. Es este aspecto de Barcelona que creo que la hace única.
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